De acuerdo con un comunicado de los expertos del laboratorio Oak Ridge, a cargo de la nueva herramienta, este tipo de batería almacena la energía renovable generada por paneles solares o turbinas eólicas.
“Utilizar esta energía cuando el viento y la luz solar no están disponibles requiere una reacción electroquímica que, en la nueva formulación de batería, captura el dióxido de carbono de las emisiones industriales y lo convierte en productos de valor agregado”, detalla el estudio.
Las baterías funcionan mediante reacciones electroquímicas que mueven iones entre dos electrodos a través de un electrolito y el CO2 generado por una central eléctrica podría bombearse a través de un tubo hacia el electrolito líquido, creando burbujas similares a las de un refresco carbonatado.
Las nuevas formulaciones de baterías de Oak Ridge, una combina CO2 con sodio de agua salada utilizando un catalizador económico de hierro-níquel y la otra combina el gas con aluminio.
Según los expertos, durante el funcionamiento con batería, las burbujas de gas se convierten en un polvo sólido y a diferencia de las baterías de teléfonos móviles o automóviles, las diseñadas para el almacenamiento de energía en la red no tienen que funcionar como un sistema cerrado y portátil.
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