La medida anunciada esta semana posibilita encauzar esos activos de reserva internacional hacia bancos multilaterales de desarrollo mediante la compra de instrumentos de capital híbridos.

De acuerdo con el máximo responsable de la ONU, se trata de un paso importante e innovador hacia la ampliación de la financiación para el desarrollo sostenible, en consonancia con el estímulo propuesto por el organismo.

La nueva medida podría desbloquear inmediatamente hasta 80 mil millones de dólares en recursos que los países en desarrollo necesitan desesperadamente, incluso para ayudar a abordar la crisis climática, aseguró el titular en un comunicado.

Guterres pidió a aquellos estados en condiciones de hacerlo que aprovechen esta oportunidad para recanalizar sus Derechos Especiales de Giro (DEG).

Esto, agregó, permitirá luego aumentar los préstamos a los países en desarrollo.

Según el FMI, la medida busca soluciones para “reorientar” los DEG de los países ricos a los pobres como parte de un impulso más amplio para recaudar fondos destinados a la resiliencia climática y la reducción de la pobreza.

En 2021, el Fondo emitió 650 mil millones de dólares en DEG que tuvo un impacto limitado debido a diversos obstáculos administrativos y al hecho de que la mayoría de las reservas se asignaron a países ricos que no las necesitaban.

Sin embargo, tras la nueva decisión, las naciones podrían adquirir instrumentos de capital híbridos de prestamistas en lugar de proporcionarlos como reservas de divisas puras, que pueden estar limitadas por regulaciones nacionales.

La decisión ayudará a destinar 20 mil millones para financiar proyectos verdes y de reducción de la pobreza. En promedio, los bancos de desarrollo podrán movilizar cuatro veces esa cantidad, de acuerdo con el FMI.

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