Durante su estancia en ese territorio, Lula confirmó la creación de la llamada Secretaría Extraordinaria de la Presidencia de Apoyo a la Reconstrucción de Rio Grande do Sul.
El diputado federal Paulo Pimenta fue designado titular de esa oficina, con estatus ministerial, y, para ello, dejó el puesto de ministro jefe de la Secretaría de Comunicación Social.
«Lo que se ha anunciado es el más importante plan de apoyo a una situación de catástrofe en la historia de ese país. (…) Acepto esa misión por la cual fui designado por el presidente», manifestó Pimenta.
Prometió que se dedicará a la tarea asignada «de la mejor manera posible. No podemos fallar en ninguna hipótesis», remarcó.
Admitió que el trabajo resulta un desafío enorme, pero «quiero decir aquí públicamente, estoy en absoluta sintonía y asociación con el Gobierno del estado», refirió.
Comunicó que 75 municipios de Rio Grande do Sul pidieron ayuda humanitaria al Gobierno federal y recibieron el auxilio inmediatamente.
Las transferencias, de acuerdo con él, sobrepasan los 100 millones de reales (20 millones de dólares) «para que los municipios tengan condiciones de garantizar agua, alimento, colchón, baño químico, pagar aceite diésel, todo lo que sea necesario».
Pimenta tomó posesión en una ceremonia con Lula para anunciar medidas de ayuda a las familias damnificadas.
En dos semanas, es la tercera visita del mandatario a Rio Grande do Sul que también registra hasta la fecha a 94 desaparecidos, más de 540 mil personas desplazadas y 806 heridas por los temporales desde finales de abril.
También el fundador del Partido de los Trabajadores comunicó en su retorno a la división territorial el pago de un beneficio de 5,1 mil reales (unos mil dólares) para las familias víctimas de la tragedia.
Con el nombre de Ayuda Reconstrucción, la asistencia financiera será entregada a quienes sufrieron pérdidas en los desbordamientos, atestiguados por la Defensa Civil de cada distrito.
Según el último balance del órgano gaucho, más de 2,3 millones de residentes en 461 de los 497 municipios fueron afectados por el mal tiempo de las últimas semanas, que desbordaron ríos, inundando calles y casas, y destruyendo puentes y carreteras.
Asimismo, la mayor tragedia climática de la historia del estado dejó a cientos de miles de personas sin electricidad, servicios de telefonía y suministro de agua.
Desde el inicio de la crisis climática, integrantes de la Defensa Civil, del Cuerpo de Bomberos, de fuerzas de seguridad de otros territorios, de las Fuerzas Armadas y voluntarios rescataron a más de 82 mil personas y a unos 12 mil animales.
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