Añadió que los importadores y distribuidores de té en Alemania temen que la nueva ley de la Unión Europea (UE) sobre las cadenas de suministros ponga en peligro la cooperación con los pequeños agricultores repartidos por todo el mundo.
Según la asociación, dos tercios del volumen de materia prima lo aportan pequeños agricultores en las llamadas recolecciones silvestres.
Sin embargo, al no poder aportar las pruebas exigidas por la ley sobre sus condiciones de trabajo, las empresas alemanas pueden verse obligadas a retirarse de las actividades comerciales con las asociaciones de pequeños agricultores por temor a los riesgos de responsabilidad.
Leniger pidió que se tengan en cuenta los requisitos de unas cadenas de suministro especialmente complejas y exigentes a la hora de aplicar la ley.
En consonancia con el Día Internacional del Té establecido por las Naciones Unidas, la industria alemana del producto celebra el martes dicha efeméride.
La Ley de la Cadena de Suministro de la UE pretende reforzar los derechos humanos en todo el mundo. Las grandes empresas deberán rendir cuentas si se benefician de violaciones de los derechos humanos, como el trabajo infantil o forzado.
También se les exige que elaboren informes sobre hasta qué punto su modelo de negocio es compatible con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados respecto a la época preindustrial.
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