De acuerdo con Sky News, la acción en vísperas de la audiencia judicial se convirtió en una de las más difundidas en los últimos tiempos.
Esperamos que el tribunal tome la decisión correcta y se ponga del lado de Julian, pero si esto no sucede, solicitaremos al Tribunal Europeo de Derechos Humanos una orden judicial urgente, indicó a la audiencia Stella Assange, la esposa del acusado.
Muchos manifestantes portaban pancartas con los lemas Esto es un espectáculo, no un juicio, Libérenlo de inmediato, La libertad de expresión está en juego y No a la extradición.
Activistas de derechos humanos y representantes del sindicato de periodistas subieron a un escenario improvisado frente al tribunal para pedir al presidente estadounidense, Joe Biden, que retire los cargos contra el australiano.
Entre los manifestantes se encontraban el exlíder del opositor Partido Laborista británico Jeremy Corbyn, el padre de Assange, John Shipton, y su medio hermano Gabriel Shipton, que vino de Australia para el juicio.
Decir la verdad sobre los crímenes estadounidenses en Irak no es una violación de la ley y el caso Assange tendrá grandes consecuencias para el periodismo en todo el mundo, manifestaron activistas presentes en el acto.
Los seguidores del periodista también colocaron carteles con consignas en su apoyo en las salidas de las estaciones de metro más cercanas al tribunal.
Durante esta jornada, los jueces tendrán que decidir si las garantías que la parte estadounidense proporcionó al tribunal el 16 de abril son suficientes.
Las autoridades estadounidenses enviaron garantías oficiales al tribunal de que no exigirán ni ejecutarán la pena de muerte, y el propio Assange podrá intentar apelar a la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que garantiza la libertad de expresión. Mientras, los abogados del australiano insisten en que se le puede privar de este derecho, pues no es ciudadano estadounidense y la redacción utilizada no puede considerarse una garantía.
Assange está acusado en Estados Unidos de delitos relacionados con el mayor caso de divulgación de información clasificada en la historia.
Por la totalidad de los cargos que se le imputan, se enfrenta a 175 años de prisión.
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