“Brasil hace unas semanas atrás ha tenido que lamentar inclusive la pérdida de vidas humanas, la pérdida de materiales, de áreas productivas, generándose ya una situación de emergencia (…)”, aseguró el titular.

Afirmó Novillo durante un breve discurso en el aeropuerto de Viru Viru, departamento de Santa Cruz, que este martes se está enviando hacia la República Federativa de Brasil la cantidad aproximada de 70 toneladas de ayuda humanitaria.

Intensas lluvias en el estado de Río Grande do Sul, al Sur del gigante sudamericano, desbordaron los niveles de los ríos, cubrieron calles y casas, provocaron 149 muertes, cerca de 60 desaparecidos y unos 600 mil desplazados, según la Defensa Civil brasileña.

La Federación de Industrias del Estado de Río Grande do Sul, por su parte, reportó que las crecidas afectaron al 94,3 por ciento de toda la actividad económica territorial.

Expresó Novillo que, “después de conocerse la situación que pasaba el hermano pueblo de Brasil, nuestro presidente (Luis Arce) se ha comunicado con el presidente de Brasil, el hermano (Luiz Inácio) Lula da Silva, para hacerle conocer todos sus sentimientos de solidaridad y de apoyo (…)”.

Añadió que, por ese motivo, en una reunión del Gabinete se decidió hacer llegar el apoyo del pueblo boliviano.

Informó el titular que esa ayuda fue aportada por los trabajadores de los distintos ministerios, con la cartera de la Presidencia a la cabeza a través de la Unidad de Acción Comunitaria de Gestión Solidaria.

Precisó que esa dependencia donó 10 mil kilogramos de leche en polvo y de arroz, dos mil 500 kilos de frijol, mil 500 unidades de carpas de lona, mil tiendas de campaña y dos mil mantas.

Río Grande do Sul es el más sureño de los estados brasileños y tiene una frontera extensa con Uruguay, y en menor medida con Argentina y Paraguay.

Según las estadísticas, su población ocupa entre la quinta y la sexta parte del gigante sudamericano y su economía constituye la cuarta del país, con el 70 por ciento de la producción nacional de arroz, 40 puntos sobre 100 de soya, además de aportar una parte significativa de la carne de res, cerdo y pollo de Brasil.

Al referirse a la situación existente en esa zona, el cónsul de Brasil en Bolivia, Artur Saravia de Oliveira, destacó la generosidad del pueblo boliviano y explicó que las inundaciones son de “proporciones bíblicas” y aún no terminaron.

“No solo vi el heroísmo anónimo de tantas personas que arriesgaron sus vidas para salvar a desconocidos, sino también la inmensa generosidad del pueblo boliviano en las difíciles tareas de reconstrucción (…)», concluyó.

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