De acuerdo con el diario The Daily Herald, el funcionario también inició las consultas requeridas sobre un pacto para conformar la futura administración del país bajo el mando de una coalición entre fuerzas opositoras.

Pidió, además, a los ministros del gabinete mantenerse en sus puestos hasta decidir la suerte del territorio antillano.

Menos de seis meses después de celebrar elecciones, San Martín se encamina hacia otro sufragio porque el bloque gobernante perdió el respaldo del partido Nación, Oportunidad Riqueza (NOW) y ya no dispone de los ocho curules necesarios para liderar el Legislativo, de 15 puestos.

Ese panorama obligó al primer ministro Luc Mercelina a invocar el lunes pasado el artículo 59 de la Constitución para dar paso a la disolución del Parlamento unicameral y organizar la votación.

NOW unió fuerzas con los opositores Alianza Nacional (NA) y el Partido Popular Unido (UP) y ahora suman en conjunto nueve asientos, por tanto superan a la alianza oficialista.

Mercelina lamentó esa ruptura sorpresiva, especialmente, porque hace apenas 18 días que los 15 diputados asumieron sus puestos y además la acción envía una señal negativa a la población sobre quienes dirigen los destinos del país.

San Martín el pasado 10 de enero acudió a las urnas, NA se quedó con cuatro escaños, UP retuvo tres y las organizaciones Movimiento Unificado Sint Maarten Resiliente (URSM), Partido Demócrata (DP), Partido para Progreso (PFP) y NOW ganaron solo dos cada una.

Pero la posterior unión entre las últimas cuatro fuerzas dio inicio a una era de gobernanza colaborativa y fue vista como la mayor sacudida política del país, tras convertirse en 2010 en un territorio autónomo dentro del Reino de los Países Bajos, un estatus que le otorgó más libertad para tomar sus propias decisiones legales, administrativas y políticas.

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