El texto copatrocinado por Alemania y Ruanda es considerado por algunos como un paso importante hacia la reconciliación posconflicto en esa región, mientras para otros podría fomentar más división en los Balcanes.
Durante una reciente conversación con su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, advirtió sobre las posibles consecuencias de la adopción de la resolución, que calificó como unilateral.
De acuerdo con el jefe de Estado, el propósito de esa iniciativa es poner en peligro los intereses del pueblo serbio y considerar a este país como un Estado genocida, perturbando la paz y creando nuevas tensiones y divisiones.
Vucic, además, aseguró que su nación “muestra reverencia por todas las víctimas y trabaja activamente para promover la paz, la reconciliación, la conexión y el desarrollo de relaciones amistosas y de cooperación entre las naciones”.
El debate, agregó, busca calificar como un genocidio los hechos ocurridos en 1995 en Srebrenica, ciudad y municipio ubicado en el este de Bosnia y Herzegovina, que derivó en la muerte de miles de musulmanes.
Sin embargo, obvia el exterminio cometido por los musulmanes contra los serbios durante la misma contienda, hechos sobre los que el mundo occidental no se manifiesta.
Vucic se encuentra actualmente en Nueva York para participar en la sesión de la ONU.
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