El tercer debate de la propuesta comenzó el pasado lunes y logró abrirse paso pese a los argumentos aludidos por miembros de partidos de oposición como Cambio Radical y Centro Democrático para hundirla.
El proyecto, una de las más grandes apuestas de transformación social del Gobierno de Gustavo Petro, conduciría a los colombianos a cotizar en la administradora estatal de pensiones del país (Colpensiones), en detrimento de los fondos privados existentes.
Una vez que resulte aprobada en la Plenaria de la Cámara de Representantes, pasará a conciliación con el Senado, que ya le dio su visto bueno, y luego a sanción presidencial.
Todo esto debe suceder antes del 20 de junio, cuando culmina el actual periodo legislativo, porque de lo contrario se hundiría por falta de trámite.
La reforma pensional busca, entre otras facilidades, beneficiar a dos millones y medio de ancianos que no cotizaron nunca o resultaron privados de ese derecho y ahora tienen más de 65 años.
También ampliaría en un 22 por ciento la probabilidad de que una mujer colombiana logre la pensión, ya que reconoce la dedicación de la madre al cuidado de los hijos.
En suma, incrementaría la protección al adulto mayor a través de tres mecanismos: renta solidaria, renta vitalicia y pensión.
Indican los cálculos que al 2052 la cobertura será del 87 por ciento, es decir, favorecerá a más de 13,7 millones personas mayores, según un análisis divulgado por el Ministerio de Trabajo.
Tras la divulgación de que resultó aprobada en la Comisión Séptima, Petro escribió en su cuenta en la red social X que millones de ancianos sin pensión “sabrán agradecer el esfuerzo del Congreso atacado hoy hasta por la delincuencia”.
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