lunes 17 de junio de 2024
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Torrencial electoral sin paraguas para conservadores británicos

Londres, 24 may (Prensa Latina) La misma lluvia torrencial como telón de fondo del anuncio de elecciones generales del primer ministro británico, Rishi Sunak, pareció un símbolo de lo augurado para los resultados de los conservadores en julio próximo.

El partido en el poder desde hace 14 años, con cinco primeros ministros en ese lapso, parece acudir al aguacero electoral del 4 de julio, sin el paraguas adecuado, cuando encuestas le auguran ahora un 20 por ciento menos de preferencia que la oposición laborista.

Así, el legado de Margaret Thatcher parece quedar superado por varios ingredientes negativos de un coctel que llevó, finalmente, a Sunak a anunciar en plena lluvia la fecha definitiva de los esperados comicios.

La simbología de un pésimo augurio dada por la aparición en cámara de un jefe de Gobierno completamente desmejorado por la lluvia, pareció dar un pistolazo electoral poco amistoso para los conservadores.

De hecho, desde hace varios meses, la oposición laborista encabeza los sondeos, aún cuando existen algunos pasos por definir sobre a quién piensa llevar al gobierno de este reino, que en 2019 quedó separado de la Unión Europea, otrora el principal mercado de sus producciones. El solo hecho de que los promotores del llamado Brexit fueran los conservadores, los convierte en blanco de las críticas laboristas, quienes pueden hablar abiertamente del retroceso económico de ese paso, dado poco antes de pasar por los atascos de la pandemia de Covid-19.

De hecho, algunos experimentados políticos conservadores se refirieron en primer lugar al carácter contraproducente de celebrar comicios en pleno verano, cuando muchos están de vacaciones, además de recordar lo ocurrido con Winston Churchill, derrocado en 1945 por el laborismo.

Ese precedente de resultado electoral, en aquel entonces totalmente inesperado para un Primer Ministro que contribuyó, como parte de los aliados, a la derrota del fascismo, pone en alerta al partido gobernante.

Sunak evitó ofrecer los argumentos que deseaban los electores, pues intentó explicar sus problemas como consecuencia de la Covid-19 y del conflicto ucraniano, aunque realmente el alza de los energéticos es consecuencia del efecto bumerán de las sanciones a Rusia.

Tampoco se permitió adentrarse en efectos negativos del Brexit, un proceso realizado bajo la batuta de David Cameron, en ese entonces Primer Ministro, pero ahora de vuelta al ejecutivo como canciller británico.

Ante esa situación, medios de prensa locales consideran que una técnica aconsejable es manipular el temor de la opinión pública, para buscar un símbolo. Así que desde Downing Street miraron para el Kremlin y encontraron la excusa: la amenaza para los británicos viene de allí.

Londres no solo construye una imagen de Rusia como peligro para esta nación, sino que toma acciones concretas para contrarrestar esa amenaza, de acuerdo con la publicación digital Vzgliad, citada aquí.

Reino Unido se encuentra en el período más difícil desde los tiempos de la II Guerra Mundial, declaró Sunak en su discurso para anunciar las elecciones generales, donde especuló que de vencer en el conflicto ucraniano, Rusia iría más allá en Europa.

Los conservadores, al mismo tiempo, se refirieron a otra amenaza: la de la indefinición e incertidumbre de los principales puntos del programa electoral de los laboristas que, realmente, aún esta por salir a la luz.

De hecho, el ala más progresista dentro del laborismo aboga por posiciones en la crisis levantina abiertamente en contra del genocidio de Israel en la Franja de Gaza y en defensa del pueblo palestino.

Ello contrasta con la posición neutral asumida por el máximo dirigente laborista, Keir Starmer, una posición que la prensa británica estima será bombardeada por políticos y medios de difusión conservadores en las seis semanas de campaña, previo a la cita en las urnas de julio venidero.

De hecho, en su momento el diario Morning Star se refirió a la irritación causada en sectores dentro del laborismo por el respaldo expresado por Starmer a la continuación de la entrega de permisos de la cancillería británica para el suministro de más armamentos a Ucrania.

Cameron en su momento fue fuertemente criticado por sus declaraciones sobre el supuesto derecho que le concedía Londres a Kiev para utilizar el armamento británico, incluido el de largo alcance, para atacar la profundidad del territorio ruso, algo que Moscú tomó como acto hostil.

Desde que el 24 de febrero de 2022 el presidente Vladimir Putin ordenó una operación bélica para proteger a la región sublevada del Donbás, así como para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, Reino Unido ocupa la segunda posición en el envío de armas a esa república exsoviética.

Así, el torrencial electoral parece tomar sin paraguas a los conservadores, que deberán emplearse a fondo en su afán de presentarse como los adecuados para resolver los problemas de los británicos. La tarea será lograr que les crean.

lam/To

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