domingo 16 de junio de 2024
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Cuba, música y poesía en la voz de un genial artista: Luis Carbonell

La Habana, 24 may (Prensa Latina) De sus manos brotaba la expresividad, mientras la música y la poesía honraba con su voz, así se recuerda hoy al virtuoso declamador y pianista cubano Luis Carbonell, al cumplirse un nuevo aniversario de su partida física.

Conocido como El Acuarelista de la Poesía Antillana, el músico, dueño de un extraordinario talento, nació en la provincia de Santiago de Cuba el 26 de julio de 1923, donde comenzó una labor de pedagogo musical, repertorista y promotor cultural.

Desde muy joven se desempeñó como profesor de inglés e incursionó en el violín, más tarde, luego de presentarse en disimiles escenarios, integró en calidad de pianista acompañante la emisora CMKC de su ciudad natal.

A mediados de 1946 viajó a Nueva York, Estados Unidos, donde trabajó en una joyería y alternó con presentaciones en encuentros familiares, la Casa Galicia y los clubes Internacional y Tropicana como pianista acompañante o declamador junto a importantes estrellas del espectáculo.

Por el arte inmenso que poseía y defendió casi hasta su último aliento, Carbonell mereció, entre otros lauros, los Premios Nacionales de Música y Humorismo.

Fue tan elevada su maestría en el arte de la expresión oral, que el 11 de marzo de 1948 ofreció un recital de Poesía Afroantillana en el Carnegie Hall, allí declamó obras de los cubanos Nicolás Guillén, Emilio Ballagas y José Zacarías Tallet, entre otros, también del puertorriqueño Luis Palés Matos, el venezolano Manuel Rodríguez Cárdenas y los españoles Federico García Lorca y Alfonso Camín.

«Llegar al Carnegie Hall cuando no media otro motivo de impulso que las magnificencias de un arte incomparable, significa un triunfo, y Luis Carbonell puede decir que se ha anotado un triunfo, que ha puesto una pica en Flandes, al llevar el verso antillano, en la voz varonil, hasta los espaciosos salones del Carnegie Hall. La meta de los triunfos artísticos», opinó un periodista.

«Nos ofrece el repertorio básico del género al que comunica una vida, una movilidad, una diversidad de acentos, que salta victoriosamente el escollo de la relativa uniformidad de lo escrita. Pero además de ello, uniendo el ritmo puro al verso, dice ciertos poemas por un grupo de instrumentos de percusión, haciéndose el iniciador de una técnica dotada de extraordinaria elocuencia explosiva», consideró Alejo Carpentier.

A su regreso a Cuba, debutó en los espectáculos que dirigía el actor y productor argentino Adrián Cúneo en el cine-teatro Warner, en ellos triunfó asombrosamente y enriqueció sus declamaciones con instrumentos musicales, cantantes y bailarines.

Su voz se escuchó en diversos escenarios alrededor del mundo, en tanto su extensa obra discográfica abarca más de quince álbumes de larga duración y tres CD.

En Rapsodia de Cuba y Esther canta a dos, tres y cuatro voces canciones cubanas fue intérprete, productor y redactor de sus notas, y su última producción fue La mulata, ñañigo, el cielo y otros poemas, patrocinada por instituciones dominicanas y los Estudios Ojalá, del cantautor cubano Silvio Rodríguez.

Al partir, a la edad de 90 años, el 24 de mayo de 2014 en La Habana, Luis Carbonell legó una maravillosa obra que, junto a su sencillez, lo convirtieron en uno de los artistas más extraordinarios de su tierra, símbolo de nuestra cultura.

mem/amr

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