Aunque la cifra inicial de víctimas letales del ataque fue calculada en 45, nuevos recuentos la sitúan en casi un centenar de civiles no beligerantes, en su mayoría mujeres y niños, destrozados por las bombas de la aviación de Tel Aviv además ,y más de un centenar de heridos, calificado hoy por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de “error”.

La continuación de la invasión militar de Tel Aviv contra Gaza, devenida campo de concentración a cielo abierto para más de dos millones de seres humanos, aparece como desafío de Israel al llamado de la Corte Internacional de Justicia a detener sus operaciones en la franja palestina.

El comunicado marroquí denuncia el bombardeo y lo califica de “flagrante violación del derecho internacional y el derecho humanitario” e insiste en proponer el establecimiento de un cese del fuego y permitir la entrada de ayuda humanitaria.

Marruecos e Israel normalizaron sus relaciones diplomáticas en 2020, a cambio de que Estados Unidos reconociera la soberanía de Rabat sobre el Sahara Occidental, y desde entonces rubricaron varios acuerdos de colaboración entre ellos en las esferas militar y de inteligencia.

El año pasado la delegación marroquí a la Unión Africana impulsó la admisión de Israel como miembro observador, un intento que fracasó por la decidida acción de Argelia y Sudáfrica que se pusieron de plano.

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