En sesión solemne en el Legislativo (unicameral), en conmemoración del 39 aniversario de la promulgación de la Constitución Política del país, el mandatario pidió hacer realidad los anhelos de quienes redactaron ese texto.
Trabajemos juntos para asegurar el destino brillante hacia el cual este territorio centroamericano se embarcó cuando hace casi 40 años tomó la decisión firme de convivir en paz y en democracia, subrayó el jefe de Estado.
Este pueblo y sus líderes salieron adelante en momentos sumamente oscuros, remarcó, y recordó que superaron las dictaduras, la guerra y los intentos recientes de violar la democracia.
Las etapas difíciles que podemos percibir actualmente en esta nación son sólo eso, ciclos oscuros, expresó el político de 65 años, sociólogo de profesión, exdiplomático y exdiputado.
“Vivimos en una democracia con muchos desafíos, pero estamos lejos de la época en que la violencia resolvía las disputas políticas, porque la Constitución es nuestra referencia”, aseveró el Gobernante.
Sin embargo, reconoció que el país está en un momento crítico, en un punto de inflexión, mientras mencionó las enormes brechas económicas, sociales, culturales y políticas.
Las cuales –agregó Arévalo- no han permitido que la promesa de libertad y desarrollo, contenidas en el marco constitucional de los derechos humanos, se concrete plenamente.
Por eso, enfatizó, esta es una sociedad que manifestó expresamente su voluntad inquebrantable de cambio, su ánimo impetuoso de ver hacia el futuro, su determinación de ser el constructor de un porvenir diferente.
Este Congreso, el Poder Ejecutivo, los poderes locales, somos expresión de ese deseo intenso de transformación, de sus distintas voces, planteó el abanderado del partido Movimiento Semilla.
Guatemala debe cambiar y la dirección está delineada en nuestra Constitución, insistió, al tiempo que citó el primer y segundo artículo de la Carta Magna.
Vivimos una democracia debilitada por prácticas no democráticas, reflexionó, y acentuó que la sociedad sigue estando marcada por exclusiones y rezagos que desdicen de la intención de quienes redactaron este texto.
“No hay excusa para confundirnos ni tiempo que perder para saber a dónde tenemos que dirigirnos. El pueblo de Guatemala y el momento histórico exigen que recuperemos el rumbo y apresuremos el paso”, acotó.
Ese mandato de transformación que recibimos del pueblo es una oportunidad única para empezar a honrar el documento que nos reúne este día aquí, y esa es una tarea que tenemos que hacer juntos, manifestó el Presidente.
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