El director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Germán Jiménez, recordó que, como parte de una investigación, el 21 de mayo del año en curso resultó descubierta una “mini planta ilegal” de acopio de combustibles y seis cisternas que operaban ilícitamente.
“Esas tres cisternas (con capacidad de cargar 24 mil litros) no han llegado a lo que es el destino final de las estaciones de servicio -explicó la autoridad- lo que nos preocupa es que, a la fecha, en menos de dos semanas, tenemos nueve cisternas incautadas”.
Los decomisos ocurren en momentos en los que la oposición y sectores afines denuncian escasez de carburantes con el objetivo de crear la imagen de una crisis estructural del Modelo Económico Social Comunitario Productivo del Gobierno.
Esa operación se basa en la supuesta escasez de ese producto subvencionado en Bolivia a diferencia de lo que ocurre en países vecinos, donde el precio casi es el triple, por lo cual el contrabando deviene otra punta de lanza antigubernamental.
Una operaciòn de inteligencia desembocó el 21 de mayo en la intervención de la “mini planta clandestina” de diésel en El Alto, y la incautación de las seis cisternas con un desvío de alrededor de 3,6 millones de litros, valorados en 15 millones de bolivianos (más de dos millones de dólares).
Por estas ilícitas fueron remitidas a la cárcel preventivamente cuatro personas.
El domingo último, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) aseguró en un comunicado publicado en sus redes sociales que el abastecimiento de combustibles hoy es normal en todo el país.
La corporación energética insistió en que esas especulaciones “no responden a la verdad y sí a intereses políticos”. Desde el sábado último, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) reforzó los controles sobre la comercialización de combustibles, como comprobó Prensa Latina en la estación de servicio “Volcán”, ubicada en la avenida Montes, en el centro de La Paz.
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