Durante su última conferencia de prensa en el cargo, el representante lamentó el actual contexto después de tres años en esa labor que despide «con una sensación de trabajo insatisfecho».
El mundo es ahora un lugar peor que antes, dijo Griffiths a la prensa al repasar el desolador panorama en los conflictos en curso en Gaza, Sudán o Myanmar, y las emergencias en Etiopía, Haití o Yemen.
El alto representante cuestionó a Israel por obstaculizar la entrada de ayuda humanitaria la Franja, incluyendo combustible, alimentos o medicamentos.
«Sabemos lo que no tenemos. Necesitamos combustible. Y no lo estamos haciendo. No estamos llegando en grandes cantidades. Necesitamos camiones llenos de alimentos que lleguen», remarcó.
El subsecretario consideró esencial un enfoque mucho más agresivo frente a la impunidad al insistir en la necesidad de las rendiciones de cuenta.
«Nadie ha sido declarado responsable del asesinato de trabajadores de ayuda humanitaria en Gaza. Nadie ha sido declarado responsable de los ataques a instalaciones sanitarias en Gaza o Sudán”, agregó.
De acuerdo con Griffiths, la diplomacia humanitaria es a la vez una oportunidad para hacer el bien por el mundo, pero también, en su ubicuidad, es un recordatorio de la ausencia de diplomacia política clásica.
El experimentado diplomático anunció pocas semanas atrás que permanecerá en el cargo hasta finales de este mes al alegar problemas de salud.
Sin embargo, al reflexionar ante la prensa sobre el contexto, Griffiths aseguró que la comunidad internacional no está resolviendo conflictos a través del diálogo, como se imaginó hace casi 80 años en la Carta de la ONU.
Les estamos fallando a los fundadores de las Naciones Unidas, no se cumplen las palabras de la Carta: “salvar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”, enfatizó.
rgh/ebr





