Torres advirtió que si detectan que existe algún interés político de bloqueo o destrucción del Estado, el Ejecutivo responderá en primera línea.

El pasado martes, en entrevista con Radio Pichincha, el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, informó que el venidero sábado representantes de la organización indígena se reunirán y analizarán el impacto del anuncio de acabar con los subsidios a las gasolinas de bajo octanaje.

En declaraciones a la prensa, el viceministro informó que el Gobierno se reúne con diversos sectores para analizar un mecanismo de compensación ante la inminente eliminación del beneficio e indicó que para mañana convocaron a líderes de colectivos indígenas y sociales.

“Hacemos un llamado abierto a todos para que participen, sin restricciones, porque queremos hacer bien las cosas, con responsabilidad con el país”, manifestó el funcionario.

Sin embargo, en un comunicado la Conaie aseguró no haber recibido ninguna invitación e insistió en su postura de que la eliminación de los subsidios profundizará la desigualdad y la crisis económica, al tiempo que aumentará el costo de vida para los sectores más vulnerables.

Según Torres, los subsidios a las gasolinas que aquí denominan Extra y Ecopaís le cuestan al Estado 631 millones de dólares al año, mientras que con las compensaciones, que aún no han dicho cómo se implementaría, proyectan destinar entre 100 y 150 millones de dólares.

Para la Conaie, con el fin de los subsidios el Gobierno busca garantizar los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y no solucionar los problemas económicos.

La organización, que representa a la mayor parte de los pueblos originarios del país, advirtió que el presidente Daniel Noboa está aplicando la misma receta de sus antecesores, Lenín Moreno y Guillermo Lasso.

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