El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, reiteró que pese a la reducción del gasto no resultarán afectados los programas sociales ni que se detendrán las actividades fundamentales del Estado.
Comentó en una entrevista dada a Blu Radio que, al tener la previsión de que no se va a completar la meta del año, -en lo relacionado a la recaudación tributaria-, sumado a la decisión de la Corte Constitucional de no autorizar la deducibilidad de las regalías, se genera “un boquete en materia de ingresos”.
Eso, apuntó, lo tenemos que ajustar por el lado del gasto; significa es que el presupuesto no está totalmente financiado y hay que hacer un recorte de manera preventiva.
“Las metas de recaudo que estuvieron planteadas fueron excesivamente optimistas. Hoy estamos afrontando la situación de que no se van a lograr”, reconoció.
En otro momento, anunció el incremento del precio del diésel para grandes consumidores, es decir, aquellas empresas que demandan más de 20 mil galones.
Reveló que ese ajuste se realizará mediante un decreto que actualizará los precios para alinearlos con los estándares internacionales.
Dicho aumento, acotó, no afectará a los transportes masivos ni a las regiones no interconectadas que dependen en gran medida del diésel.
Consideró en este punto que es imposible que el Estado siga manejando unos subsidios que no se corresponden con aquellos con fines sociales.
En la noche de ayer, el Ministerio de Hacienda divulgó un video en que el se explicó la necesidad de un recorte presupuestal en el país.
Bonilla comunicó que mientras se toma la decisión de por dónde va el ajuste, preventivamente, se estableció una suspensión de las partidas que no aún no cuenten con Certificados de Disponibilidad Presupuestal (CDP) para poder garantizar un control del gasto.
En próximos días, previa convocatoria del Consejo Superior de Política Fiscal y de ajustes en el Consejo de Ministros se definirá el nivel y el destino del ajuste en el gasto, detalló.
mem/ifs





