Díaz, una figura carismática que ostenta los cargos de vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra del Trabajo, no ha logrado capitalizar el movimiento Sumar que integran varios partidos pequeños en el ala más a la izquierda de los socialistas del PSOE.
“A veces es necesario dar un paso a un lado para dar un paso adelante. Creo firmemente en la fuerza de la política y su capacidad para dar buenas noticias a quienes más nos necesitan. Ahí me vais a encontrar siempre”, escribió Díaz en sus redes sociales.
Sin embargo, queda claro que su salida como cabeza visible de Sumar agudiza aún más una crisis en cierne de la cual, de momento, se siente inmune el PSOE que encabeza el presidente del Gobierno Pedro Sánchez.
El crecimiento más significativo, si bien esperado, se dio con la ultraderecha de Vox, que alcanzó el apoyo del 9,62 por ciento y seis escaños, superando a Sumar (4,65 por ciento y tres eurodiputados), uno más que Podemos, otra agrupación de izquierda, que logró el 3,27 por ciento de respaldo.
Sin embargo, en la franja de Sumar se quedó por primera vez sin escaños Izquierda Unida (IU) en sus 38 años de vida y luego de haber ingresado en la Eurocámara en 1987.
Yolanda Díaz asumió en primera persona el descalabro de su grupo en los comicios para elegir al nuevo Parlamento Europeo (PE), después de marcar diferencias con Podemos –que demostró sigue con vida-, y tampoco descollar en las generales de España del pasado año.
Sin embargo, lo sucedido no pone fin a la cada vez más ácida pugna entre el PSOE y el ganador en España de la cita con las urnas, el conservador Partido Popular (PP), de Alberto Núñez Feijóo, ahora reforzado y pidieron elecciones generales anticipadas.
“La polarización no ha debilitado a la ultraderecha. Antes tenía dos caras, ahora tres. A la combinación de Feijóo con Abascal se suma Alvise. No es una buena noticia para la sociedad española”, admitió la candidata del PSOE y vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera.
Se refería así los líderes del PP, Alberto Núñez Feijóo, de Vox, Santiago Abascal y de la agrupación agitadora Se acabó la fiesta, Luis Alvise Pérez.
El PP, con sus nueve curules más (22) y el PSOE, con uno menos (20), respecto a los anteriores comicios, intentan interpretar los resultados según sus puntos de vista, dispares y controvertidos.
La salida de Díaz de Sumar, que no del Ejecutivo, señala el PP, es una señal inequívoca que Sánchez debe convocar a generales anticipadas ante el hecho de que “una suerte de plebiscito nacional” acaba de dar al traste con su proyecto.
Además, están los seis escaños de Vox y el avance de otra organización extremista, Se acabó la fiesta, que alcanzó tres.
España no llegó al punto de Francia y Alemania, donde se dio un avance de la ultraderecha que puso a temblar a los respectivos gobiernos. Sin embargo, la posibilidad de alianzas del PP, que ya las tiene con Vox, con Se acabó la fiesta, supone una amenaza.
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