La pena será de seis a 20 años para la mujer que haga el procedimiento.

Actualmente, la legislación nacional permite el aborto en casos derivados de violación.

La interrupción también es legal cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la madre y en caso de bebés anencefálicos.

Para los manifestantes que salieron a calles de Sao Paulo, Río de Janeiro y Brasilia, la aprobación de la ley pondrá en riesgo la vida de miles de brasileñas, especialmente niñas, las principales víctimas de la violencia sexual en el país, además de violar los derechos de las mujeres previstos en la ley.

La Cámara baja aprobó en la noche del miércoles la urgencia para la votación del proyecto de ley, es decir, el texto puede ser votado directamente en el pleno sin pasar por la discusión en las comisiones.

En Sao Paulo, la protesta fue realizada en la Avenida Paulista, frente al Museo de Arte, bajo gritos de «Niña no es madre», «Respeten a las mujeres» y «Fuera Lira» (Arthur Lira, presidente de la Cámara de Diputados).

«Tal proyecto de ley es totalmente inconstitucional, ya que pone en riesgo a millones de niñas que se verán obligadas a ser madres de los hijos de sus violadores y mujeres que se verán obligadas a llevar un embarazo siendo víctima de violencia sexual», afirmó a la Agencia Brasil la abogada Rebeca Mendes, directora ejecutiva del Proyecto Vivas.

Según datos del Foro de Seguridad Pública, 74 mil 930 personas fueron violadas en Brasil en 2022. De ese total, el 61,4 por ciento eran niñas o niños de hasta 13 años.

Otra crítica es que, si el proyecto de ley es aprobado, la pena para las mujeres víctimas de violación será mayor que la de los violadores, pues el castigo por el crimen de infracción es de 10 años de prisión y las mujeres que aborten, según el proyecto, pueden ser condenadas a hasta 20 años de cárcel.

«Esta punción lumbar protege al violador, no a la víctima. Y eso dice mucho de nuestra sociedad», señaló Mendes.

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