Mejía valoró también la participación de Gómez Ochoa -considerado aquí Héroe Nacional- por su participación en la guerra revolucionaria en Cuba, que llevó al triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959.
Tales declaraciones las realizó el dirigente político dominicano y amigo de Cuba anoche, durante la presentación en la ciudad de Moca, capital de la provincia Espaillat, del libro
«La suerte de sobrevivir», en presencia de su protagonista.
El volumen, escrito por el periodista e investigador histórico cubano, Wilmer Rodríguez, cuenta en 15 capítulos la vida del veterano guerrillero, quien en septiembre próximo cumplirá 95 años de edad.
Durante la presentación de la obra, el alcalde de la ciudad de Moca, Guarocuya Cabral, confirió al veterano guerrillero la condición de Visitante Distinguido, en agradecimiento a sus aportes para derrocar a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
En la ocasión, Gómez Ochoa expresó que «por el pueblo dominicano los cubanos hemos estado y estaremos siempre dispuestos a cumplir con el deber de vecinos agradecidos».
A la puesta en circulación del libro «La Suerte de Sobrevivir» asistieron residentes en Moca, integrantes del MIU, y el diputado a la Cámara dominicana por la provincia de Espaillat, Carlos Alberto Amarante, entre otros invitados.
La muestra de esta obra que, a decir de su autor, recoge casi un siglo de vida, ha tenido una excelente acogida en República Dominicana, donde la semana pasada se presentó en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
En esa oportunidad, los presentes tuvieron el privilegio de escuchar en voz de Gómez Ochoa, único sobreviviente de las expediciones del 14 y el 20 de junio de 1959, los pormenores de esa acción patriótica para liberar a este país de la dictadura trujillista.
A sus casi 95 años, el Comandante habló durante casi una hora sobre los momentos vividos después de su detención cuando desembarcó en Constanza, la vida en la cárcel, las torturas en el penal clandestino de la calle 40 y su posterior regreso a Cuba.
Gómez Ochoa tuvo la misión de acompañar como asesor a los revolucionarios dominicanos, cubanos y de otras naciones, que desembarcaron en las expediciones de Maimón, Constanza y Estero Hondo, en junio de 1959.
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