Dicha corte derogó las 57 órdenes de captura que tenía en su contra el excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), y que ahora serán reemplazadas por unas nuevas que no implican la privación de la libertad.
Según el magistrado José Manuel Bernal, Mancuso aportó a la verdad en los tribunales de Justicia y Paz, y entregó bienes que tenía en su poder.
No obstante salir de la cárcel de La Picota, de Bogotá, donde se encontraba recluido, el exmilitar está obligado a presentarse a las fiscalías y tribunales siempre que sea citado, no podrá salir del país ni podrá portar armas.
Mancuso, sobre quien pesan unos siete mil 500 crímenes, estuvo preso por casi 20 años primero en Colombia y después en Estados Unidos, nación a la que fue extraditado y en la que cumplió una condena por narcotráfico. Regresó a su país natal el pasado 27 de febrero, después de haber sido designado como gestor de paz por parte del presidente Gustavo Petro, para ayudar a esclarecer los vínculos que unían a los altos mandos del país con los paramilitares a finales del siglo pasado e inicios de este.
En una entrevista divulgada el pasado 12 de junio, Mancuso reafirmó su confabulación con el Ejército de Colombia para cometer asesinatos en la década de 1990 del pasado siglo.
Defendió sus afirmaciones previas de que el expresidente Álvaro Uribe, cuando era gobernador de Antioquia (noroeste), estuvo al tanto de la masacre de El Aro, cometida el 22 de octubre de 1997 por paramilitares del Bloque Mineros de las AUC y en la cual perdieron la vida más de 17 campesinos.
En sus declaraciones, aseguró asimismo haber tenido varios encuentros con el exmandatario Uribe (2002-2010). También en su calidad de gestor de paz, afirmó que ayudará a ubicar alrededor de 400 fosas comunes en zonas limítrofes con Venezuela.
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