En una entrevista concedida a la agencia de noticias Safa, el también jefe del Comité de Emergencia Sanitaria en el norte de Gaza criticó la guerra de genocidio israelí y sus ataques contra hospitales y heridos.
En los últimos meses muchos centros de salud fueron asaltados y vandalizados, lo cual provocó extensos daños y el cierre de departamentos y edificios, subrayó.
Esta situación, unida a la falta de medicinas y los asesinatos o arrestos del personal de salud, provocó el colapso del sector, indicó.
Al-Bursh afirmó que el sistema en la región septentrional perdió muchos profesionales clave debido al desplazamiento forzado hacia el sur de la Franja.
En ese sentido, reveló que en el norte solo quedan unos mil miembros del personal sanitario, de unos 12 mil antes del inicio del conflicto, en octubre del pasado año.
Los hospitales tienen una gran necesidad de combustible, medicamentos, dispositivos y repuestos para los generadores eléctricos que llevan más de nueve meses funcionando de manera ininterrumpida, explicó.
Como ejemplo citó la destrucción de los equipos de tomografía computarizada y resonancia magnética.
Necesitamos con urgencia medicamentos especializados para la talasemia, la hemofilia, la artritis reumatoide y el cáncer, recalcó. El doctor lamentó que los hospitales se vean obligados a dar de alta a enfermos o heridos aún en recuperación “para poder acoger al mayor número posible de nuevos pacientes”.
Desafortunadamente las personas mueren ante nuestros ojos y no podemos hacer nada por ellos, señaló.
Ante esa situación, reclamó abrir de forma inmediata los cruces fronterizos de Gaza, en especial el de Rafah, cerrado tras una ofensiva terrestre israelí en mayo último.
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