Al finalizar su estancia en prisión, este ciudadano polaco de 39 años será deportado, según ha señalado el fallo del tribunal, y además tendrá prohibida la entrada en Dinamarca durante los próximos seis años tras su expulsión.
Esta persona, que durante la agresión, según varios testigos, se encontraba bajo los efectos del alcohol, residía en Dinamarca desde hace cinco años, y acumulaba hasta una veintena de sanciones por estafa, así como varias por acoso sexual y exhibicionismo.
La agresión provocó a la primera ministra un leve latigazo cervical, que le obligó a cancelar varias citas previstas para los siguientes días.
mem/amp