La iniciativa liderada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) podría beneficiar a la mitad de los afectados por las precipitaciones, que se extienden desde finales de junio y provoca miles de desplazamientos temporales.
De acuerdo con el organismo, los equipos brindan apoyo en los estados de Bago, Kachin, Kayin, Magway y Sagaing mediante la entrega de dinero en efectivo, arroz, alimentos nutritivos especiales y galletas fortificadas.
Mientras las inundaciones continúan en diferentes partes del país, el PMA vigila la situación y se prepara para ampliar aún más su respuesta a las inundaciones según sea necesario.
Las consecuencias resultan más adversas porque el país continúa sumido en un conflicto entre las fuerzas del ejército y grupos armados de oposición, lo que provoca desplazamientos masivos y miles de víctimas.
Alguna vez considerada una de las economías más prometedoras del sudeste asiático, con una clase media en crecimiento, la nación ahora sufre niveles vertiginosos de pobreza.
La guerra civil iniciada con el golpe de estado de 2012 empujó a decenas de miles aún más a la indigencia mientras que casi la mitad de la población de 54 millones está por debajo del umbral de pobreza.
El 49,7 por ciento de las personas vive con menos de 76 centavos de dólar al día, una cifra duplicada desde 2017, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
La situación resulta más compleja por la falta de financiamiento para las operaciones humanitarias de la ONU.
De acuerdo con el organismo, el Plan de Respuesta y Necesidades Humanitarias para Myanmar apenas cuenta con 12 por ciento de los 994 millones de dólares estimados.
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