La víspera el CST advirtió que no asistirá a las pláticas, con sede en la ciudad costera saudita de Jeddah, por divergencias sobre la agenda del cónclave, en particular la presencia de todo el gabinete y la ayuda humanitaria, que Estados Unidos quiere limitar a temas militares.
Proseguiremos con esta conferencia, eso está claro para todas las partes, dijo a la prensa el lunes en Suiza el enviado especial estadounidense para Sudán, Tom Perriello, quien fracasó en convencer al CST de que acudiera al cónclave.
En tanto, fuerzas del CST, del general Abdel Fattah al Burhan, combaten con sus rivales de la milicia Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés), del general Mohamed Hamdan Dagalo, por el control de Al Fasher, capital del estado de Darfur del Norte.
Reportes oficiosos cifran en alrededor de medio centenar los muertos y decenas de heridos en los combates, causantes además del éxodo de la población que busca salvar sus vidas en zonas alejadas de la violencia.
Horas atrás el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su preocupación por el número de víctimas de los choques,tanto muertos y heridos, como los desplazados.
Desde el inicio de la guerra civil entre el CST y las RSF en abril del año pasado estimados cifran en 15 mil los muertos y un número muy superior los heridos civiles atrapados entre dos fuegos, además de la devastación del país.
Por su parte, la Organización Internacional de las Migraciones declaró la crisis de los refugiados sudaneses como la mayor cantidad de desplazamientos forzados de la historia con cerca de 11 millones de personas refugiadas de la violencia en territorio sudanés o en países vecinos.
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