El primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, afirmó que la organización no se prestará para “auxiliar al Macronismo moribundo”. por lo que desconoció la invitación del mandatario.
También la líder de los ecologistas, Marine Tondelier, y el secretario nacional de los comunistas, Fabien Roussel, denunciaron la maniobra del jefe de Estado, quien abrió este martes una nueva ronda de conversaciones con las fuerzas políticas, excluyendo del diálogo a La Francia Insumisa (LFI) y Agrupación Nacional, partido de extrema derecha.
La víspera culminaron las consultas convocadas por Macron para superar la crisis política imperante, después de que el 16 de julio aceptara la renuncia del primer ministro Gabriel Attal y de todo su gabinete, tras las derrotas del oficialismo en las elecciones europeas de junio y las legislativas del pasado mes.
En las parlamentarias el Nuevo Frente Popular, que aglutina a insumisos, socialistas, ecologistas y comunistas, logró la mayor cantidad de diputados en la Asamblea Nacional (193), aunque lejos de la mayoría absoluta (289), por lo que reclama que el primer ministro salga de su propuesta: la economista Lucie Castets.
Macron descartó ayer al finalizar las pláticas nombrar a un primer ministro de la izquierda, e invitó a los socialistas, los ecologistas y los comunistas a continuar las negociaciones para ser parte de un eventual gobierno dirigido por la derecha, marginando a LFI.
La respuesta de los integrantes del Nuevo Frente Popular no ha sido solo abstenerse de asistir a las consultas, además han llamado a salir a las calles para protestar contra lo que consideran la voluntad del presidente de ignorar el resultado en las urnas.
El dirigente de los comunistas instó a los franceses a la unidad en la movilización en ciudades y prefecturas.
“La democracia está mancillada. El pueblo de Francia está amordazado. La República está amenazada”, escribió Roussel en su cuenta en la red social X.
Por su parte, el líder de LFI, Jean-Luc Mélenchon, adelantó que ese partido presentará una moción de destitución del mandatario, un proceso complejo y al que analistas vaticinan pocas opciones de éxito.
Los insumisos también llamaron a protestar contra la postura asumida por el jefe de Estado, citando el 7 de septiembre como día de movilización frente “al golpe de fuerza de Macron”.
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