El intérprete y folclorista y personaje de la radio y la televisión, nacido (1931) en la norteña provincia de Alajuela, fue despedido este jueves en su tierra natal, describió el periódico La Nación.
Familiares, vecinos y reconocidos colegas y figuras de la música como Emeterio Viales, “amigo y alumno” del compositor, y Gilber Castro, herederos de su arte, le rindieron un póstumo homenaje artístico tras concluir la ceremonia fúnebre en la basílica Nuestra Señora de las Piedades, añadió el diario.
Salazar, quien inició su carrera en 1936 con cinco años de edad y fue una de las figuras más importantes de la canción típica humorística costarricense, dejó un amplio legado de aportes musicales, como intérprete de varios instrumentos.
Sus letras abarcaron leyendas y tradiciones populares de la cultura costarricense, plasmadas en piezas como “El Cadejos”, “Maicerita mía” y “La Segua”, mientras su aporte como maestro lo realizó en el Conservatorio de Castella.
El Ministerio de Cultura y Juventud lo declaró en 1996 miembro de la Galería de Cultura Popular Costarricense, además de recibir el Premio Ricardo Mora de la Asociación de Compositores y Autores Musicales y el reconocimiento de la Cadena Mayor en 2003.
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