Cristina Rigon, presidenta de Teléfono Amigo Italia, dio a conocer este viernes los datos recopilados por su organización en un informe elaborado con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebra el 10 de septiembre, según los cuales de enero a junio de este año sumaron tres mil 500 las llamadas de auxilio por esa vía. En 2023, ascendió a más de siete mil el número total de pedidos de ayuda mediante ese canal, habilitado por línea directa, y también a través de Internet (correo electrónico y Whatsapp), lo que significó un incremento del 24 por ciento respecto al año precedente, pero actualmente se nota una reversión de esa tendencia.
Sin embargo, se aprecia un aumento del número de suicidios, debido al efecto de la pandemia de Covid-19 que se sumó a fragilidades existentes en algunos individuos, subrayó Maurizio Pompili, director de la Unidad de Operaciones de Psiquiatría del complejo del Hospital Sant’Andrea de Roma en declaraciones divulgadas por el diario Il Sole 24 Ore.
En relación con el servicio Teléfono Amigo, Pompili subrayó que “la creación de contextos dedicados a la prevención del suicidio, que utilicen todos los conocimientos específicos y multidisciplinarios sobre el fenómeno, ciertamente ayuda a salvar vidas”.
De acuerdo con los últimos datos oficiales divulgados por el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) de este país, correspondientes a 2021, en ese período se registró un aumento de los suicidios, con tres mil 870, frente a tres mil 748 registrados en el año anterior.
Ese incremento se apreció en todos los grupos de edad, excepto en los 50 a 64 años, y fue mayor entre los menores de 49, mientras entre los 15 y los 34 años, en particular, el crecimiento de los suicidios en 2021 fue del 16 por ciento, preció la fuente.
“Cambiar la narrativa” es el tema identificado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) este año en el Día Mundial sobre este grave problema, y el objetivo es pasar de una visión en la que ese acto es un estigma y un tabú, a una en el que es un fenómeno que puede y debe prevenirse, expresó Rigon.
Para ello, según afirmó, son esenciales políticas y leyes que consideren la salud mental como una prioridad, mejoren el acceso a la atención y brinden apoyo a quienes lo necesitan.
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