En esta ciudad la pintura desaparecida durante tres siglos encontró su nuevo hogar, luego de ser exhibida el pasado viernes desde su nacimiento en el siglo XVII (1625 o 1626), según informó el Kimbell.
Cuando salió a la venta en un remate se creía que había sido realizada por una asistente de la artista.
Más tarde se confirmó, según algunos expertos, que la pintó Gentileschi por encargo de Fernando Enríquez Afán de Ribera, duque de Alcalá y virrey de Nápoles.
Tras completar esta obra, la artista se dedicó a crear una de sus más conocidas, «Judith y su doncella con la cabeza de Holofernes», exhibida en el Instituto de Artes de Detroit.
El director del museo, Eric Lee, destacó que el Kimbell desde hacía mucho tiempo anhelaba agregar un Gentileschi a su colección, pero no encontraba la obra apropiada.
La pintora fue una figura clave del barroco italiano y aprendió inicialmente de su padre, el pintor manierista Orazio Gentileschi, luego estuvo bajo la tutela de Agostino Tassi, quien trágicamente la violó a los 17 años.
Sin embargo, perseveró y alcanzó un éxito notorio, algo inusual para una mujer artista de su época. Sus patronos incluyeron a Cosme II de Médici, en Toscana, y al rey Carlos I de Inglaterra.
El destino de «María Magdalena Penitente» se consideró un tanto incierto, pues la obra desapareció del registro público, pero resurgió en una subasta en París en 2001.
Tras varios procedimientos de conservación, la sobrepintura fue removida y se reveló la original prácticamente intacta.
El Museo Kimbell de Texas sostiene que la pieza tuvo muy pocas intervenciones a lo largo de los siglos; el lienzo sigue montado en un bastidor auxiliar raro y superviviente del siglo XVIII, fijado en las esquinas de la pintura.
Adam Williams Fine Art, un comerciante de arte de Nueva York, adquirió la pintura para el Kimbell del coleccionista privado que la compró en 2001; la adquisición, cuyo precio no ha sido revelado por la institución, añade así una obra significativa a la colección de arte italiano de este museo.
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