La campaña bélica contra el paso y la vecina ciudad homónima, fronteriza con Egipto, obstaculizó desde entonces la salida de enfermos y heridos para recibir tratamiento en el exterior, destacó la agencia de noticias Safa.
En reiteradas ocasiones, Gobiernos, ong y diversas agencias de la ONU llamaron a las autoridades israelíes a reabrir Rafah y otros cruces para aumentar el volumen de entrada de ayuda humanitaria para el asediado enclave costero.
Precisamente, ayer el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, insistió en ello.
Recientemente, el Programa Mundial de Alimentos advirtió que dos millones de palestinos en Gaza sufren de inseguridad alimentaria.
Mientras, el Ministerio de Salud estima que 20 mil heridos y enfermos en Gaza necesitan viajar para recibir tratamiento en el extranjero.
Israel lanzó la operación en mayo con el argumento de combatir al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) e impedir el supuesto contrabando de armas y municiones desde el lado egipcio, aunque en reiteradas ocasiones El Cairo rechazó tal versión.
Las autoridades egipcias afirman que esas acusaciones solo tienen como objetivo justificar la campaña bélica y la presencia militar en el llamado corredor Filadelfia, una franja de tierra palestina de 100 metros de ancho y 14,5 kilómetros de largo que corre paralela a la frontera entre Gaza y Egipto.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), partidos y movimientos políticos rechazaron en varias oportunidades cualquier control extranjero sobre el paso fronterizo y ese corredor, como planea Israel.
“Rechazamos cualquier forma de tutela sobre el cruce de Rafah y los intentos de dañar la soberanía palestina sobre él, en asociación con nuestros hermanos de Egipto”, advirtió el secretario del comité ejecutivo de la OLP, Hussein Al-Sheikh.
Mientras, el comité de seguimiento de las Fuerzas Nacionales e Islámicas, que agrupa a las facciones palestinas, anunció también su oposición a los planes del Gobierno de Benjamin Netanyahu.
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