Las entidades encargadas desembolsaron en las diferentes ramas el equivalente a 348 millones de dólares en el primer semestre del año, lo que representó un incremento del 6,5 por ciento contra igual período de 2023, trascendió aquí.
Además, la actividad también mostró un dinámico crecimiento del 12 por ciento en primas emitidas (748 millones de dólares), explicó el presidente de la Asociación Guatemalteca de Instituciones de Seguros (AGIS), Hermann Girón.
La mayor demanda se dio en riesgos humanos o de vida, accidentes personales y salud, agregó el funcionario.
De acuerdo con estudios de esa entidad, las familias guatemaltecas financiaron con recursos propios casi el 56 por ciento de estos gastos.
En opinión de Girón, “las indemnizaciones de seguros por gastos médicos y de automóvil subieron aceleradamente como resultado de la inflación médica y los incrementos de costos de las piezas y reparaciones de los vehículos”.
Por ahora, acotó, este territorio centroamericano tiene mucho espacio para subir la cobertura en seguros, aunque ya exhibe un ritmo superior al PIB, “cada vez hay más asegurados”, recalcó.
La Asociación de Corredores de Seguros y Finanzas de Guatemala (Acordes) expuso a fines del año pasado que alrededor del 10 por ciento del parque vehicular tenía póliza ante posibles riesgos.
La tasa es mucho más baja cuando hablamos de los gastos médicos, que solo abarcan el tres por ciento de la población, precisó.
A esto Acordes sumó que solo el uno por ciento de las empresas posee algún tipo de seguro, lo cual –remarcó- contrasta con el panorama actual en América Latina.
La Superintendencia de Bancos registró la penetración del seguro en esta tierra en 1,2 por ciento del PIB (producto interno bruto), cuando el promedio de la región es de 3,1 por ciento.
Los gremios de seguros locales insistieron en que el escenario llama la atención dado que Guatemala está expuesta a diversos fenómenos de la naturaleza, tales como terremoto, huracán, erupción volcánica e inundaciones, entre otros.
Estos riesgos significan posibles daños para las personas y sus patrimonios, a nivel personal, familiar o empresarial, acotó, mientras aseveró que los servicios de salud pública son escasos y deficientes.
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