Por otra parte, Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de las Naciones Unidas, dijo que la escalada de violencia, particularmente en la capital de Darfur septentrional, El Fasher, es motivo de profunda preocupación.
Los funcionarios de ONU recalcaron que luego de más de un año de combates entre el ejército y las paramilitares el pueblo de Sudán permanece atrapado en un ciclo de desplazamiento, falta de ayuda y, cada vez más, hambre.
Las declaraciones se producen luego de que en los últimos días los combates arreciaron y los centros de Salud y campamentos de refugiados han sido objeto de impactos de los bombardeos y fuego artillero.
Por otra parte, observadores políticos resaltan hoy que distintos organismos de ONU advirtieron ya sobre la necesidad de una acción inmediata para prevenir la muerte generalizada y evitar una crisis de hambre catastrófica en Sudán.
Entre las zonas más afectadas que necesitan ayuda urgente están Jartum, Darfur y la región de Kordofán que requieren auxilio antes de que sea demasiado tarde.
Desde mediados de abril del pasado año, esta nación africana se encuentra sumida en una guerra interna, tras avivarse las contradicciones por cuestiones de poder entre el jefe del Ejército Abdel Fatah al-Burhan y el líder de las paramilitares RSF, Mohamed Hamdan Daglo.
En Sudán, donde ocurrió un golpe de Estado militar en 2019 y otro en 2021, se desató un conflicto en el que murieron miles de civiles, entre ellos, unos 15 mil solo en la región de Darfur Occidental.
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