Al inaugurar la más concurrida reunión de la política mundial, el secretario general del organismo, António Guterres, puso en el centro de atención a la impunidad, la desigualdad, y la incertidumbre por riesgos no gestionados como factores de una crisis sin precedentes.

La inestabilidad en muchos lugares del mundo es un subproducto de la inestabilidad en las relaciones de poder y las divisiones geopolíticas, advirtió.

“Me encuentro ante ustedes en este torbellino convencido de dos verdades fundamentales: primero, el estado de nuestro mundo es insostenible; y segundo, los desafíos que enfrentamos tienen solución”, subrayó el veterano diplomático.

Esta, aseguró, es la hora de una paz justa basada en la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y las resoluciones de la ONU.

A juicio del máximo responsable del organismo, la actual “era de impunidad” tiene un visible impacto en los conflictos en curso en Medio Oriente o el Cuerno de África.

A la par, la agitación climática y la crisis del costo de vida profundizan las desigualdades mientras que la discriminación y los abusos rampantes por motivos de género son los más frecuentes en todas las sociedades.

En este complejo contexto, el alto representante se mostró optimista por la reciente aprobación del Pacto del Futuro, declaración centrada en una reforma para la gobernanza global.

La Cumbre del Futuro, dijo, demostró que con un espíritu de diálogo y compromiso, podemos unir fuerzas para conducir nuestro mundo hacia un camino más sostenible

“Este no es el final, es el comienzo de un viaje, una brújula en el torbellino”, afirmó.

UNA URGENCIA SIN EXAGERACIONES

Por su parte, el titular de la 79 Asamblea General de la ONU, Philémon Yang, insistió en que la premura para la búsqueda de soluciones “no se puede exagerar”

“El Debate General sigue siendo una de las plataformas más inclusivas, representativas y autorizadas del mundo para la reflexión global y la acción colectiva”, aseveró el también exministro camerunés al instar a los líderes a aprovechar el espacio de diálogo.

El diplomático consideró alarmante el retraso en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, metas apenas alcanzada en el 18 por ciento cuando restan poco más de cinco años para su plazo en 2030.

Mientras tanto, la crisis climática ya no es una amenaza lejana sino que está aquí ahora, devastando ecosistemas y desmantelando los medios de vida de comunidades enteras, alertó.

Yang reclamó un alto al fuego inmediato en Gaza junto a la liberación de los rehenes al tiempo que pidió a las partes trabajar en pos de una solución justa y duradera basada en la Carta de las Naciones Unidas, las resoluciones pertinentes y el derecho internacional.

El presidente del foro de 193 países urgió a la acción para terminar con la espiral de violencia que se extiende desde Medio Oriente hasta Ucrania, y desde Haití hasta Sudán del Sur.

“Hago un llamamiento a un alto el fuego inmediato en todos estos entornos de conflicto”, reclamó levantando una ola de aplausos.

AMÉRICA LATINA SUBE AL PODIO

La alerta por el contexto mundial se escuchó también en la voz de mandatarios latinoamericanos como el jefe de Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien calificó esta como “una de las mayores crisis humanitarias de la historia reciente”.

“Caminamos en círculos entre posibles compromisos que conducen a resultados insuficientes”, afirmó el líder sudamericano al referirse a las extendidas conversaciones en torno al Pacto del Futuro.

Ese largo camino muestra que la capacidad para la negociación y el diálogo multilateral se debilitan, alertó.

A la par de los conflictos, Lula advirtió por la interdependencia del globo terrestre con el cambio climático.

“El planeta ya no espera para exigir el pago por la próxima generación, y está harto de los acuerdos climáticos incumplidos, y está cansado de los objetivos de reducción de carbono desatendidos y de la ayuda financiera para hacer pasar que no llega”, dijo.

En esa misma línea, su homólogo colombiano, Gustavo Petro, apuntó a la desigualdad social como la única razón de este “Armagedón contemporáneo”.

El uno por ciento más rico, la poderosa oligarquía global, está conduciendo a la humanidad al borde mismo de su propia destrucción, señaló el jefe de Estado.

Por el contrario, la construcción de una democracia global podría llevar a una nueva historia por comenzar, consideró.

En su primera alocución ante la Asamblea General, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, coincidió en la necesidad de rescatar el multilateralismo, revitalizar el diálogo para la paz y de tomar acciones.

Para la solución de los problemas urgentes que nos aquejan empecemos por el origen: la guerra, ese horror que motivó la apertura de este foro mundial, recordó.

Arévalo pidió no ignorar los conflictos internacionales que afectan la paz y la seguridad de todos, así como a no abandonar la esperanza de un futuro en paz.

“Necesitamos nuevos enfoques que se adapten a las necesidades emergentes de los estados”, resaltó al apoyar una reforma del Consejo de Seguridad para retomar un enfoque colectivo, pacifista y democrático en su acción.

mem/ebr