“Si los occidentales tuviesen influencia sobre Israel, desde hace mucho tiempo existiría un pequeño Estado palestino. Todo el mundo constata que Israel ejerce influencia sobre Estados Unidos, mucho más que a la inversa”, subrayó a La Tribune el también otrora secretario general de la Presidencia bajo la gestión del socialista François Mitterrand. De acuerdo con el experto en relaciones internacionales y directivo en diversas instituciones, tampoco Francia o la Unión Europea (UE) tienen poder para convencer a Netanyahu, quien libra sangrientas guerras contra Palestina y el Líbano con el argumento de eliminar a Hamas y Hizbulah, respectivamente.
Sin embargo, seamos optimistas, el día en que se lance un proceso de paz, Francia y los europeos podrían hace bastante para respaldarlo y acompañarlo, por ejemplo ofreciendo garantías financieras, acotó.
Para Védrine, el primer ministro israelí tiene como meta seguir en el poder, lo cual pasa por extender los conflictos, e incluso por propiciar su escalada.
Su discurso desde hace una docena de años es proteger a Israel de Irán, sin particular oposición en su país y con el apoyo de occidente, abundó en un contexto de creciente tensión, tras el asesinato hace dos días en un bombardeo en el Sur libanés del máximo líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah.
A juicio del excanciller, la escalada de los ataques contra el Líbano constituye “un subproducto de la ausencia de décadas de una solución seria a la cuestión palestina”.
Respecto al futuro de la crisis en el Oriente Próximo, mencionó perspectivas dramáticas, pero al mismo tiempo opinó que lo peor aún puede evitarse.
No descartó que un día, después de la salida de Netanyahu, aparezca un nuevo Yitzhak Rabin (signatario en 1993 con el entonces líder palestino Yasser Arafat de los Acuerdos de Oslo), dijo Védrine.
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