“A las 04:30 (hora de Bolivia) de hoy (miércoles) comisó un minibús marca King Long, color rojo, con placa de control 5599-ZGN, que contenía 18 mil kilos de carne de cerdo, con una afectación al contrabando de aproximadamente 540 mil bolivianos (77 mil 142 dólares)”, asegura una nota institucional.
Describe el reporte oficial que durante la operación se observó un medio de transporte indocumentado, parqueado en una calle adyacente a la carretera principal Guaqui–Desaguadero, que trasladaba la carne hacia Perú.
Añade que, asimismo, en una de las supervisiones de la Patrulla del Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando, se registró el decomiso de otro vehículo con placa 4732-ZYG en el sector del Puesto de Control Guaqui, que llevaba en su interior aproximadamente 18 piezas de carne porcina.
Según se informó, el móvil se encuentra en inmediaciones del Puesto de Control Guaqui para ser entregado a las instancias pertinentes.
Tales operaciones de interdicción se realizan en el contexto del denominado Plan Soberanía, mediante el cual el Gobierno nacional instruyó la militarización de las zonas fronterizas con el objetivo de frenar el traslado ilegal de los productos bolivianos al exterior, donde se comercializan a precios varias veces más caros.
Esa es la situación con los cárnicos porcinos, cuya demanda se multiplica en vísperas de las fiestas de fin de año al igual que sus precios.
Fuentes gubernamentales bolivianas insisten en que el contrabando a la inversa provoca que los productores y vendedores prefieran ‘ocultar’ sus mercancías o llevarlas a países vecinos, con la correspondiente escasez y una situación artificial de inflación, que el Gobierno denomina «importada».
Los porcicultores, a su vez, denunciaron que la carne de cerdo es una de las más contrabandeadas, debido a que su precio en los mercados bolivianos es bastante accesible, y los comerciantes e intermediarios prefieren los más elevados de países vecinos.
Sin embargo, con el control de militares en las fronteras se pretende evitar este ilícito en defensa de la soberanía alimentaria, uno de los principales objetivos en las políticas del Gobierno del presidente Luis Arce.
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