La acción, dirigida por Frank País en 1956, tuvo el propósito de distraer a las fuerzas de la tiranía de Fulgencio Batista (1952-1959) en Oriente, para apoyar la llegada de los 82 expedicionarios y fomentar un clima de lucha insurreccional en todo el país.
Los integrantes del Movimiento 26 de julio (M-26-7) partieron desde Tuxpan, en México, el 25 de noviembre de ese año y calcularon arribar el día 30 a las costas de Cuba por Las Coloradas para recomenzar la lucha armada en las montañas de la Sierra Maestra. Concebido por Fidel Castro en su parte general, el plan previó acciones en la oriental provincia de Santiago de Cuba y en el resto de la isla, que obstaculizaran el traslado del ejército batistiano a la zona del desembarco.
El retraso en la navegación debido al mal tiempo y la caída de un hombre al agua, que obligó a buscarlo hasta rescatarlo, hizo que el arribo de la embarcación no se produjera el 30 de noviembre, sino el 2 de diciembre.
Sin embargo, las heroicas acciones de varias decenas de jóvenes en Santiago de Cuba, vistiendo por primera vez el uniforme verde olivo con las insignias del M-26-7, evidenciaron la efervescencia rebelde en el país, de lo cual también dieron fe los posteriores acontecimientos.
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