A un costo de 160 millones de dólares y con la cooperación de Japón, la nueva infraestructura beneficiará de manera directa a la población salvadoreña en aspectos de movilidad vial, economía nacional, la modernización y el desarrollo de país, según palabras del mandatario en el acto inaugural.
El periférico Gerardo Barrios tendrá un papel también en la integración pues conectará con Honduras y Nicaragua, potenciando el comercio regional. Posterior a la inauguración, el mandatario abordó aspectos puntuales de la política local en los últimos días, el repunte del bitcoin y la minería metálica, entre otros.
Sobre la minería metálica pidió confianza a sus compatriotas para que le permitan echar adelante ese proceso que se encuentra prohibido por ley desde 2017, pero que ahora puede avanzar cuando el partido en el gobierno tiene mayoría absoluta para derogar la ley.
El presidente amplió sobre el porqué de retomar la minería y afirmó que en territorio nacional además de oro, hay otros minerales de la cuarta y quinta revolución industrial.
Afirmó que estudios geológicos mostraron la existencia de cobalto, litio, níquel y las llamadas tierras raras que se utilizan en la electrónica avanzada, además de platino, iridio, tantalio, titanio, galio y germanio, entre otros.
Citó que otros países utilizan responsablemente sus recursos mineros y nadie hizo la “tontería” de prohibir su explotación.
Los pronunciamientos de Bukele ocurren cuando la minería metálica se convirtió en foco de debate en El Salvador tras su idea de eliminar la prohibición que impide su explotación.
Según expertos las practicas mineras en busca de oro con el uso de mercurio y cianuro envenenarían un recurso crítico en el país, las aguas, en especial las del rio Lempa.
Este domingo, el arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar, se sumó a las críticas y llamó a las autoridades a recapacitar en su empeño.
Un comunicado del Arzobispado explicó que la prohibición de la minería no fue un logro de partidos políticos y de ideologías, sino de la población, que será victimizada de la peor forma.
La máxima autoridad religiosa salvadoreña exhortó a buscar caminos de desarrollo económico «sin detrimento a la vida y la salud del pueblo».
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