En su mensaje con motivo del Día Internacional contra la Corrupción, el mandatario paquistaní enfatizó que ese mal socava la confianza pública, drena recursos vitales y obstaculiza el desarrollo socioeconómico.

Zardari reconoció que en el país todavía queda mucho por hacer y abogó por continuar todos los esfuerzos posibles para erradicar el hábito de la corrupción de la sociedad.

El presidente paquistaní señaló que la Oficina Nacional de Responsabilidad (NAB), como principal organismo anticorrupción, desempeña un papel central en la prevención, investigación y el enjuiciamiento de los casos de corrupción, así como en la sensibilización pública sobre sus efectos nocivos.

Agregó que el desafío es enorme y su complejidad requiere que todos los órganos del Estado hagan esfuerzos denodados para reducir la corrupción y prestar atención a sus causas profundas.

Zardari dijo que, en consonancia con el tema de este año del Día Internacional contra la Corrupción “Unirnos con la juventud contra la corrupción: dar forma a la integridad del mañana”, resulta esencial la unidad de todos los segmentos de la sociedad, en particular los jóvenes, la sociedad civil y los ciudadanos, para eliminar ese mal.

“Deben participar activamente en los esfuerzos anticorrupción, ayudar a promover una cultura de rendición de cuentas y ofrecer sugerencias, así como es necesario un cambio en el comportamiento colectivo para crear una cultura en la que la corrupción ya no se tolere a ningún nivel, precisó.

El jefe de Estado aseguró que los recursos destinados al bienestar público se utilizarán para su propósito legítimo y que todos los ciudadanos se beneficiarán de una gobernanza transparente y eficaz.

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