Los instigadores de acciones destructivas y criminales planean impedir el proceso de elección del presidente el 14 de diciembre, para provocar una crisis institucional, advirtió el ente en una declaración emitida este martes por el canal de televisión Imedi 2.
Georgia es una república parlamentaria: el poder ejecutivo es representado por el gobierno encabezado por el primer ministro, mientras el presidente se desempeña como jefe de Estado y este año será elegido por primera vez por un colegio electoral de 300 personas.
La mitad del organismo estará compuesta por los parlamentarios, y el resto, por delegados de las regiones.
La mandataria actual, Salomé Zurabishvili, apoya a la oposición y no reconoce los resultados de las elecciones parlamentarias del 26 de octubre, que ganó el partido gobernante Sueño Georgiano.
Es la última jefa de Estado elegida por sufragio directo, su mandato de seis años expira el 16 de diciembre de 2024, pero Zurabishvili se muestra resuelta a continuar en el cargo «hasta que haya un parlamento legítimo».
Por su parte, el primer ministro Irakli Kobajidze descartó la repetición de las legislativas y dejó claro que Zurabizhvili tendrá que ceder la presidencia a un sucesor elegido este diciembre.
Desde el pasado 28 de noviembre, luego de que Kobajidze suspendiera hasta 2028 las negociaciones con la Unión Europea sobre el proceso de adhesión de Georgia al bloque comunitario, partidarios de la oposición siguen protestando frente a la sede parlamentaria en Tiflis.
Desde que estallaron las protestas, las autoridades de Georgia informaron de cientos de heridos y detenidos.
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