Más de 40 horas sin dejar de golpear tambores y cencerros, de iluminar la imagen del orisha emergido del sincretismo, Babalú Ayé, que desde el siglo XVIII es venerado por negros africanos producto de la esclavitud.
Prensa Latina disfrutó de Adolfina, quien con sus 90 años todavía danza y viste sus mejores galas en los festejos que se iniciaron en la madrugada de este martes con velas, ron y ofrecimientos como parte de la tradición popular religiosa.

Momentos para predicar, rendir culto y pedir salud y bienestar, alejar males y buscar la felicidad. Lucir indumentaria esclava, costuras de sacos y adornos de la naturaleza, flores, caracoles y piedras, mientras olores y sabores rodean al santo en los altares.
La devoción estuvo presente en poblados de la zona montañosa, en el norte y sur espirituano, en La Trinidad de Cuba, declarada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad, y Sancti Spíritus, Monumento Nacional, donde miles de esclavos desarrollaron la industria azucarera, la ganadería y la agricultura en los siglos XVIII y XIX.
Esta tradición se mantiene en el Valle de los Ingenios, en la comunidad de Condado, en las estribaciones de la sierra de Guamuhaya, en el Escambray.

Mientras, en la casa templo donde viviera Juana Marín, mito de esta comunidad, llegaron los homenajes, familias del campo de otras comunidades con ofrendas para animar la celebración.
Es así como se fusionan creyentes y no creyentes, cubanos todos, para nutrir una de las tradiciones de mayor arraigo en la nación en la que se disfruta de bebidas y platos tradicionales.

San Lázaro es parte de nuestra cultura por eso cada 17 de diciembre cuando rendimos honores al Orisha Mayor defendemos desde la espiritualidad las raíces, el legado de los ancestros, apostamos por nuestra condición de cubanos.
En Cuba la mayor celebración se da en el Santuario Nacional de San Lázaro, en el poblado del Rincón, en La Habana, la capital del país. Miles de personas desde el occidente al oriente de la mayor de las Antillas y en otros confines del mundo, veneran a San Lázaro, el Babalú Ayé del panteón africano, santo que según sus devotos es muy milagroso.
rc/rga





