En el acto, el jefe de Estado Bernardo Arévalo recordó que fue durante el liderazgo (1945-1951) de su padre, Juan José, cuando se creó la Compañía, cuya misión no ha cambiado, aunque evolucionó hasta convertirse en un Comando Especial del Ejército.

Esta fuerza, en el país y en el mundo, no solo protege la seguridad de los Gobernantes, sino garantiza además la institucionalidad, mantiene la democracia y salvaguarda el mandato constitucional que el pueblo le otorga al Presidente y Vicepresidente de la República, resaltó.

Por eso, acotó Arévalo, las responsabilidades que cumple una Guardia Presidencial son de primer orden, no únicamente para los jefes máximos del Ejecutivo sino para la sociedad en la medida en que el cumplimiento de sus funciones se encuentra un elemento central de la estabilidad política de la nación.

Esta protección requiere cualidades y calidades especiales, entre ellas una altísima capacidad en el arte militar, un arraigado espíritu de servicio y de sacrificio, así como una lealtad inquebrantable, amplió el político de 67 años.

Consideró un privilegio poder contar actualmente con la protección que la Guardia Presidencial le otorga, casi ocho décadas después de su padre.

Agradeció el trabajo de ese cuerpo día a día, semana a semana, velando por su seguridad, la de la señora Vicepresidenta, la seguridad de sus familias, del que dio fe de un servicio de indudable entrega y calidad.

Saber que esta Guardia es parte esencial del aparato de seguridad de la Presidencia nos da la confianza y la tranquilidad para poder dedicarnos a la tarea que nos ha sido encomendada, aseveró el mandatario.

En este aniversario felicitó a todos y a cada uno de los miembros, desde quienes tienen la responsabilidad de asumir su comando, a los oficiales, especialistas, hasta los soldados.

Arévalo exhortó a que la Guardia Presidencial se sume al proceso de modernización del Ejército, liderado por el Ministerio de la Defensa.

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