“Esto da más tiempo para que surja una mayor claridad sobre los planes para su aplicación en Estados Unidos, comunicó la Autoridad de Regulación Prudencial del Banco de Inglaterra.
La decisión, en consulta con el Tesoro británico, se refiere específicamente a los estándares de Basilea 3.1, elaborados por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (CSBB) y jurisdicciones miembros como Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Los pactos en cuestión son una serie de tres acuerdos internacionales (Basilea I, II y III), cuyas formulaciones respondieron al interés de encarar posibles turbulencias futuras, sobre todo, después de la crisis financiera mundial de 2007-2008.
Según el CSBB, el conjunto de normas debía servir para garantizar que los bancos y otras entidades de crédito mantengan suficiente capital y liquidez con vistas cumplir sus obligaciones y absorber pérdidas imprevistas.
El último acuerdo, Basilea III, fue suscrito tras el desplome de los años 2000 y propuso mejorar la medición del riesgo a partir de la estandarización de metodologías.
En junio del año pasado la UE indicó que pospondría la aplicación plena hasta enero de 2026, a fin de garantizar la igualdad de condiciones frente a competidores foráneos, entre ellos, Estados Unidos.
El retraso de un año garantizará la igualdad de condiciones para los grandes bancos del bloque comunitario y “nos da tiempo para ver lo que hacen los demás”, declaró entonces comisaria europea de Servicios Financieros, Mairead McGuinness.
La UE tenía previsto introducir todas las reformas en enero de 2025, pero optó por retrasar la sección sobre cómo los bancos cubren los riesgos de mercado en sus carteras de negociación.
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