En una callejuela de Delhi, el aroma del chai recién preparado se mezcla con el zumbido de los scooters eléctricos y el sonido ensordecedor de los cláxones de los carros, autobuses, motos y bicicletas.

Los edificios modernos de vidrio y acero se alzan junto a templos centenarios, donde las campanas resuenan en un eco antiguo.

En Bombay, el rascacielos más alto refleja el sol naciente, mientras que en sus sombras los pescadores lanzan redes al mar, siguiendo una tradición que se remonta a siglos.

Las luces de neón de Bangalore iluminan la noche compitiendo con las estrellas, que han guiado a los sabios astrónomos desde tiempos inmemoriales, y en un rincón de esta ciudad tecnológica, un ingeniero joven medita en un ashram, una ermita espiritual o un monasterio, buscando equilibrio entre el código y la calma interior.

Los mercados bulliciosos de Calcuta vibran con la energía de los vendedores, que ofrecen smartphones junto a artesanías hechas a mano. Una abuela teje un sari mientras sus nietos juegan con drones en el patio, representando el puente entre generaciones.

En Varanasi, los ghats, una serie de escalones que conducen a orillas del Ganges, son testigos de rituales ancestrales bajo la mirada curiosa de turistas con cámaras digitales. Los barcos de madera se deslizan por las aguas sagradas, cargando tanto ofrendas como esperanzas.

En Rajasthan, los palacios de maharajás del pasado ahora son hoteles lujosos que ofrecen wifi y cenas de gala, y las caravanas de camellos cruzan el desierto bajo el mismo cielo azul que ahora es surcado por aviones ultramodernos.

Mientras, en Kerala, las casas flotantes navegan por tranquilos remansos, donde los viajeros disfrutan de la conexión a internet mientras observan a los pescadores lanzar redes al atardecer.

Las playas de Goa se llenan de música electrónica y tambores tradicionales, creando una sinfonía de épocas.

La moda india también refleja este encuentro. En las pasarelas, los saris de seda se combinan con chaquetas de diseñador, creando una fusión que cautiva al mundo. Los festivales, como el Diwali, se celebran con lámparas LED y de aceite, iluminando el camino entre el ayer y el mañana.

(Tomado de Orbe)