«Solo se puede hablar de acuerdos confiables y jurídicamente vinculantes que incluyan un mecanismo que garantice la imposibilidad de su incumplimiento», precisó el jefe de la diplomacia del gigante euroasiático en rueda de prensa tras reunirse con su homólogo de Kirguistán, Jeenbek Kulubaev.
El canciller ruso recalcó que Moscú reafirmó en reiteradas ocasiones su compromiso de alcanzar los objetivos de la operación militar especial y la solución de la crisis ucraniana mediante «la erradicación de sus causas fundamentales».
En ese sentido, Lavrov agregó que incluso en Estados Unidos y Europa se observa el entendimiento de que la confrontación en Ucrania no se solucionará sin la eliminación de estas causas.
En junio de 2024, el presidente ruso, Vladimir Putin, formuló varias condiciones clave para iniciar las negociaciones de paz, en particular, que Ucrania retire las tropas de cuatro nuevos territorios rusos, las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, Jersón y Zaporozhie.
Igualmente, abogó por que Kiev desista de adherirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y mantenga el estatus neutral, no alineado y no nuclear; y que además se levanten todas las sanciones contra Rusia.
Al respecto, el mandatario ucraniano, Vladimir Zelenski, rechazó la propuesta, calificándola de ultimátum, y aseguró que bajo estas propuestas no existía la posibilidad de la paz.
Hace cerca de tres años, desde el 24 de febrero de 2022, Rusia despliega una operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos, según Putin, son proteger a la población de «un genocidio por parte del régimen de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.
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