Esa firma reportó pérdidas por 250 millones de dólares, lo cual generó fuertes críticas y preocupación en el sector ganadero, clave en la economía uruguaya.
Fratti criticó al Banco Central del Uruguay por falta de previsión y también al poder legislativo por no garantizar la regulación de este tipo de actividades.
La empresa Conexión Ganadera opera bajo el modelo de fideicomiso ganadero. Capta fondos de pequeños, medianos y grandes inversores, los cuales utiliza para comprar ganado.
A cambio, la empresa promete una renta fija a los inversionistas.
Según El Observador, se trata de un esquema que busca canalizar recursos hacia el sector ganadero, pero implica riesgos asociados a las fluctuaciones del mercado y a la gestión empresarial.
Conexión Ganadera tiene un pasivo de 400 millones de dólares frente a un activo de 150 millones, compuesto por ganado y créditos a cobrar.
El BCU aclaró que este tipo de empresas no están reguladas ni bajo su control, limitando su injerencia en casos como este.
No es el único caso de insolvencia o irregularidades en el sector ganadero.
Otras empresas como República Ganadera y Grupo Larrarte también han enfrentado dificultades financieras o investigaciones por presuntos delitos.
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