«No queremos que las negociaciones sobre la resolución del conflicto en Ucrania ocurran a espaldas de Ucrania. Creo firmemente que Estados Unidos no lo hará, aunque no estoy seguro de que no haya ocurrido antes. No me refiero sólo a Washington, sino también a algunos socios europeos», declaró el mandatario a la agencia Bloomberg.

Al unísono, la vice primera ministra y ministra de Economía ucraniana, Yulia Sviridenko, manifestó en declaraciones a la emisora polaca RMF FM, que las autoridades de Kiev esperan el cese de las hostilidades en 2025.

«Esperamos que la guerra termine este año. Kiev cree posible el diálogo con el presidente ruso, Vladimir Putin. Por un lado, es posible, pero todo depende de cuándo se produzca. Las negociaciones podrán tener lugar cuando Ucrania sea lo suficientemente fuerte, y para ser fuertes necesitamos aumentar la producción de defensa», explicó.

En ese sentido, Sviridenko admitió que el Gobierno ucraniano espera que la administración del presidente Donald Trump, participe activamente en el proceso de negociación.

Medios de comunicación estadounidenses detallan que los planes del equipo de Trump están en una etapa inicial y dependen en última instancia del propio mandatario de Estados Unidos.

Las conversaciones sobre la estrategia incluyen la participación de algunos funcionarios de la Casa Blanca, así como de antiguos expertos en sanciones del primer mandato de Trump.

En texto del periódico The Wall Street Journal, el jefe de Estado norteño encargó a su enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, poner fin al conflicto ucraniano en 100 días.

Según el diario, «llegar a un acuerdo con Putin, será una tarea mucho más difícil de lo que le pareció a Trump durante la campaña, cuando aseguró que pondría fin al conflicto antes de tomar posesión».

Al respecto, el pasado 7 de enero, el dignatario norteamericano admitió que la resolución de las confrontaciones en Ucrania podría llevar más tiempo que las 24 horas que afirmó durante el proceso electoral.

En esa línea, el 21 de enero, no descartó la posibilidad de un cese total de los suministros de armas estadounidenses a Kiev, y también se declaró dispuesto a reunirse con el presidente ruso «en cualquier momento» cuando le convenga. Al mismo tiempo, el nuevo líder de Estados Unidos prometió endurecer las sanciones contra Rusia si no acepta un acuerdo sobre Ucrania.

Para el jefe de Estado ruso lo más importante es eliminar las causas profundas de la crisis ruso-ucraniana, y aseguró estar abierto al diálogo con la nueva administración estadounidense en relación al conflicto bélico.

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