La víspera la Conferencia Episcopal de El Salvador (Cedes) convocó a una jornada de oración por el país ante los planes del gobierno de desarrollar la minería de oro y otros metales.
Los obispos llamaron a todas las personas de “buna voluntad” a sumarse a la oración y ayuno nacional que tendrá lugar el 7 de febrero de 2025 como expresión de protesta de los salvadoreños contra las amenazas al país y a la vida.
El comunicad firmado por los integrantes de Ceedes entre ellos el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, y el cardenal Gregori Rosa Chávez, Obispo Auxiliar Emérito de San Salvador, llama a la recogida de firmas que certifique la voluntad popular al demandar a la Asamblea Legislativa que revierta la decisión.
No podemos mantenernos pasivos ante las secuelas dejadas por eventos extremos, así como prácticas realizadas por las personas que dejaron huella en la destrucción de la flora y la fauna, la deforestación, el uso irresponsable de las tierras para cultivos y las mineras, subraya el comunicado de los religiosos.
“Es necesario prohibir la práctica de todo tipo de extracción minera que redundaría en un nuevo flagelo para la población, no solo la más vulnerable, sino toda la general”, subrayó la carta de los pastores.
El tema de la minería se mantiene ocupando espacios en el país mientras genera comentarios a favor y en contra.
Esta semana la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas (Dgehm) puso un cerrojo a la información sobre los informes que presuntamente tiene el presidente Bukele para justificar el inicio de la actividad minera.
La entidad respondió a una solicitud de acceso a la información, que los documentos de “minería moderna y sostenible” son confidenciales por constituir un “secreto comercial».
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