Las detenciones, entre ellas las de dos miembros del Estado Islámico en Kenya y uno en Tanzania, ocurrieron entre noviembre y diciembre del año recién concluido en países del este africano, señala la comunicación rubricada por la agencia policíaca internacional.
Otros fueron capturados en Somalia y la República Democrática del Congo, añade el parte, que se abstiene de proporcionar datos de los detenidos, y concluye que la “porosidad de las fronteras, la inestabilidad política y las condiciones socioeconómicas de África hacen al continente terreno fértil para la actividad terrorista”.
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