La OCHA y las organizaciones humanitarias presentes en Goma, capital de la provincia de Kivu Norte y principal escenario de los enfrentamientos entre el Ejército congoleño y el Movimiento 23 de Marzo (M23), continúan analizando el impacto de la crisis, refirió el organismo.

Al respecto, en su sitio web precisaron que se determinan las afectaciones ocasionadas por el saqueo generalizado de almácenes y oficinas de organizaciones de ayuda.

Añadieron que la Organización Mundial de la Salud y sus socios mantienen la atención a los heridos en centros sanitarios, y se espera que las cifras aumenten a medida que se disponga de más información.

También visitaron los emplazamientos para desplazados internos en las zonas de Bulengo y Lushagala, en las afueras de Goma, donde constataron el funcionamiento de los servicios de agua y atención sanitaria, no obstante la notificación de casos de cólera y el riesgo de un brote de Mpox entre los desplazados.

La OCHA advirtió sobre el peligro de la carencia de agua en la ciudad, pues las personas están usando para el consumo el vital líquido del lago Kivu, lo que pudiera conducir a la propagación de enfermedades.

En tanto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alertó sobre el agravamiento de la crisis humanitaria en Goma, donde cientos de miles de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares debido al aumento de la violencia.

“La organización hace un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe rápidamente para atender las necesidades urgentes de los desplazados”, exhortó en un comunicado.

Añadió que estas personas necesitan urgentemente refugio, alimentos, agua potable y acceso a atención médica, en particular las mujeres y niños, que son especialmente vulnerables.

Para evitar un éxodo masivo de la población congoleña hacia los países vecinos, la OIM insistió en la urgencia de una intervención inmediata para garantizar una asistencia adecuada y limitar el impacto catastrófico de la crisis humanitaria.

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