En una comparecencia en Casa Presidencial, el canciller, citando cifras de Estados Unidos, subrayó que bajo la administración de Castro el país centroamericano recibió unos 160 mil deportados, en contraste con los 350 mil de 2021.
Indicó que la migración en Honduras creció de manera exponencial después del paso del huracán Mitch en 1998.
Además de otros sucesos climáticos, atribuyó la salida de compatriotas a eventos humanos como el aumento del narcotráfico, la inseguridad, la corrupción, el golpe de Estado de 2009 y el narcoestado instaurado tras la asonada contra el entonces presidente Manuel Zelaya.
La historia demostró que en los gobiernos de Juan Orlando Hernández (2014-2022) -actualmente preso en Estados Unidos por narcotráfico- se creó un cartel que generó violencia, desesperanza, corrupción y salida de miles hondureños, afirmó Reina.
A su juicio, las cifras demuestran que las políticas de la mandataria en el ámbito social, inversión pública e infraestructura han tenido algún beneficio para que los hondureños dejen de emigrar.
El ministro ofreció una rueda de prensa luego de la reunión mantenida este miércoles por el Consejo de Gobernanza Migratoria, que actualizó sobre las acciones implementadas por el ejecutivo en apoyo a los migrantes deportados desde Estados Unidos.
“Nuestra política es que la migración no es un crimen, es un derecho”, no se puede criminalizar pese a reconocer la existencia de algunos retornados con delitos sobre sus espaldas, declaró el jefe de la diplomacia hondureña.
Reina destacó el diálogo con la embajadora de Washington en Tegucigalpa, Laura Dogu, en el cual se expresó la disposición de la presidenta Castro a recibir vuelos militares con connacionales deportados los fines de semana si es necesario.
Esta nación centroamericana recibió la semana pasada los dos primeros aviones militares con hondureños expulsados por la nueva política migratoria de Donald Trump.
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